Delirios de un soñador

EL PASO DE LOS AÑOS

Por: El Dr. Andrés Corona Sánchez.

Hace algunos días, nos encontrábamos reunidos un grupo de amigos departiendo historias viejas cuando de pronto llegó hasta nosotros un grupo de jóvenes que irradiaban felicidad por donde se les viera y después de saludarnos uno de ellos se me quedó mirando fijamente y sin más ni más me dijo: Y usted señor ¿cuántos años tiene?. Su pregunta me desconcertó de momento, pues fue tan directa que me le quedé mirando por un momento, sus amigos voltearon a verlo como reprobando su actitud y la forma en que me había cuestionado, pero con la experiencia de la vida atiné a sonreír por lo que se quedaron callados.

¿Que cuántos años tengo?, mira para mi eso no importa muchacho, pero te voy a contestar con algo que ojalá llegues algún día a comprender, yo tengo la edad que quiero y siento, porque con ella ya puedo gritar sin miedo lo que pienso; tengo la edad para hacer lo que deseo sin miedo al fracaso o a lo desconocido, esta edad que ahora me da una terrible fuerza de convicción a mis deseos.

¿Que cuántos años tengo?, ¡qué importa cuántos años tengo! y sabes porque te digo esto, porque no quiero ni siquiera pensar en ella, ya que algunas gentes que me conocen dicen que ya estoy viejo y otras, que apenas estoy en mi apogeo; pero hay una cosa que debes saber muchachito, no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice, sino lo que mi corazón siente y mi pensamiento dicta lo que me hace vivir. Hoy tengo los años necesarios para gritar lo que pienso de aquellos que traicionaron mi buena fe, de los que quisieron pisotear mi dignidad difamándome y de los que por desleales los desaparecí de mi vida.

Hoy tengo la edad para hacer lo que quiero y a la hora que quiera, inclusive para reconocer hierros viejos, rectificar caminos, para atesorar éxitos y para guardar todos mis fracasos que en el tortuoso camino la vida me deparó; tengo la edad necesaria para llorar sin avergonzarme, para reír sin mofarme y para sufrir en silencio sin que nadie se entere.

Y sabes por qué, porque hoy ya no me importa que digan como lo hicieron ayer, ¡estás muy joven!, ¡no lo lograrás!; o como muchos me lo dicen ahora, ¡estás muy viejo, ya no podrás!. Sabes que, esas son sólo mentiras, porque ahora que tengo esta edad, las cosas las veo con más calma, pero con el interés de seguir creciendo; porque ahora que tengo esta edad es cuando mis sueños los empiezo a acariciar con los dedos de mis manos y las ilusiones viejas hoy las convierto en esperanzas nuevas.

Hoy mis queridos jóvenes tengo los años en que el amor a veces es una loca llamarada ansiosa de consumirse en el fuego de una pasión deseada y otras veces, es un remanso de paz, como un bellísimo atardecer en la playa. ¿Que cuántos años tengo?, no necesito contarlos ni marcarlos con un número, pues mis anhelos alcanzados, mis triunfos obtenidos y las lágrimas que por el camino derramé al ver mis ilusiones truncadas, valen mucho más que eso.

¿Que cuántos años tengo?, qué importa si tengo 60 ó 70 o más, pues lo único que me importa es la edad que siento hoy, porque es ahora cuando tengo los años que necesito para poder vivir libre y sin miedos; una edad firme para seguir sin temor por el sendero que la vida me depara, porque hoy llevo conmigo la experiencia adquirida y la fuerza de mis anhelos.

¿Que cuántos años tengo?, eso no me importa, porque en estos momentos tengo los años necesarios para perder el miedo, para hacer lo que quiero y para sentir lo que siento; qué importa cuántos años tengo, si con los años que tengo he aprendido a querer lo necesario y a tomar de esta mi vida sólo lo bueno.

¡Es cuanto!.

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