Delirios de un soñador

Por: El Dr. Andrés Corona Sánchez.

  • “Vale más ver hoy tu sonrisa triste, que la tristeza de no verte sonreír”. (Anónimo).

¡Hola mis amigos viejos!.

¿Acaso alguno de ustedes sabe qué cosa es la muerte?, no verdad, dicen por ahí, que la muerte no es más que una realidad, y comentan que la muerte no existe, que sólo es una transformación, una transición en todos los seres humanos. Yo quisiera decirles una cosa, que jamás miren las tumbas de nuestros seres queridos como si ahí todo acabara, no mis amigos, no teman, pues la única certeza que tenemos de eso es que sólo es un cambio, porque nada permanece igual.

Es que en la vida, necesitamos ser conscientes de nuestro tiempo aquí, porque es demasiado limitado, por eso debemos vivirlo de una manera intensa y profunda… celebrando; no se asusten mis amigos y sigan leyendo, pues esto que hoy escribo para ustedes, lo hago sólo por amor a la vida que el Creador me ha permitido disfrutar. Debemos aprender que la evolución de las especies, hasta ahora, ha requerido de la mutación de todas esas formas de vida.

¿O qué, acaso ustedes han llorado cuando una semilla se transforma en brote, después en una pequeña planta y posteriormente en un frondoso árbol?; ¿o acaso sufren cuando un simple gusano se transforma en una hermosísima mariposa?; o alguna vez han visto que una madre se apene porque el hijo que mantuvo durante nueve meses ya no sigue en su vientre, no, claro que no, porque la vida mis amigos fluye como una interminable sucesión de misteriosas transformaciones.

Hoy vemos que la ciencia y la tecnología nos permite ver qué es lo que sucede, incluso antes de que nazca un ser humano, sin embargo esos recursos son todavía muy limitados porque aún con esos recursos en la actualidad sólo podemos conocer el instante en que el cuerpo finaliza sus funciones y su ciclo, no más. A pesar de todo esto, ¿cuántas pruebas más necesitamos para darnos cuenta de que lo que conocemos como vida y muerte no son más que las dos caras de una misma moneda?.

Buscamos certezas y no comprendemos que la vida es incertidumbre y que la materia es necesaria para la experiencia en este mundo de formas y que fuera de este entorno ya no sirve; ¿o qué, acaso alguno de ustedes se angustia cuando se quitan los zapatos para ir a dormir?, claro que no, ¿y saben por qué?, porque esos zapatos cumplieron por ese día su función; lo mismo sucede con nuestro cuerpo, que dentro de sus funciones está el permitir movernos durante toda nuestra vida, pero a cierto tiempo, tendremos que abandonarlo, porque es sólo un proceso natural.

Por eso es necesario que liberemos nuestra negatividad a la muerte, porque sólo es un proceso de transformación; entendamos que a todos nos duelen las ausencias de los seres queridos y que las heridas emocionales tardan tiempo en sanar, que el vacío que se siente cuando ya no están, es insondable, y que nuestro corazón queda sangrante, lo sé. Por eso a partir de hoy tendremos que vivir con intensidad, amando y disfrutando todo lo que nos rodea, porque sólo de esa manera podremos entender que la muerte es una parte indivisible de la vida.

Si algún día se llegara a aceptar esto, se trascenderían las fronteras de nuestras limitaciones; si algún día cambiáramos nuestra percepción, ya nunca más lamentaríamos la partida de nuestros seres queridos; porque entonces, seríamos conscientes de que simplemente se nos adelantaron en el camino que conduce al proceso de evolución natural. Sé que ya no los podremos ver, es cierto, pero los podríamos sentir porque siempre van a estar con nosotros; tratemos de verlos en el cielo estrellado y agradezcamos desde lo más profundo de nuestra alma por los momentos vividos; enviemos muchos besos al infinito con nuestras mejores intenciones; dejemos que partan para que sigan su camino y encuentren su luz, porque aunque no lo queramos se tendrá que llegar el tiempo del reencuentro.

Sigamos viviendo, porque también nosotros nos tendremos que ir cuando llegue la hora, no cerremos nuestro corazón, porque aún queda mucho por aprender, y por disfrutar y pensemos que sólo quien nos ama nos dice lo que muchas veces no nos gusta escuchar y nunca olviden que esto que hoy están leyendo, les llegó por amor a la vida.

Es cuanto.

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